La confianza en uno mismo no es algo que se hereda, es algo que se aprende y se desarrolla a lo largo de la vida. Sin embargo, entre todas las cualidades que podemos tener, creer en uno mismo es una de las más importantes ya que no solo nos permite plantearnos metas más ambiciosas y alcanzarlas sino también sentirnos bien con nosotros mismos, incluso cuando no logramos nuestros objetivos.
Las
personas que no tienen autoconfianza prefieren quedarse en su zona de
confort, aunque no se sientan del todo cómodas, porque creen que no
serán capaces de luchar por sus sueños. Esta actitud las condena a una
vida de insatisfacciones, repleta de “deberías” y de “me hubiese
gustado”.
¿Por qué no creemos en nosotros?
La
autoconfianza es una cualidad que comienza a desarrollarse en la
infancia. Apenas nos damos cuenta de que somos una persona
independiente, comenzamos a formarnos una idea de quiénes somos. Esta
imagen de nuestro “yo” estará determinada por lo que los demás piensen
de nosotros.
Si
nuestros padres eran personas que tampoco confiaban en sí, es probable
que hayamos aprendido esta forma derrotista de relacionarnos con nuestro
“yo”. La falta de autoconfianza también puede surgir de unos padres
demasiado sobreprotectores, que nunca le dieron oportunidades al niño de
poner a prueba su fuerza y desarrollar sus capacidades. O de padres que
usaban a menudo frases denigrantes para referirse a su hijo, como: “no vales para nada” o “no estás hecho para eso”.
Cuando
este patrón se repite a lo largo del tiempo, la persona crece con una
imagen muy negativa de sí mismo por lo que no tendrá suficiente
confianza en sus capacidades como para asumir retos o sentirse cómodo
consigo mismo.
Por
supuesto, las causas de la falta de confianza no siempre radican en la
niñez. A veces esta surge a partir de experiencias de vida asumidas como
fracasos. Cuando alguien piensa en términos de “todo o nada” y
comprende los errores como algo negativo, una serie de fracasos puede terminar minando su autoestima y confianza.
¿Cómo desarrollar la autoconfianza?
1. Sé paciente.
Es probable que hayas estado muchos años dudando de tus capacidades por
lo que no puedes esperar que de un día al otro, como por arte de magia,
te conviertas en una persona segura de sí. Aprender a creer en uno
mismo es un proceso que lleva tiempo y que está marcado por altibajos,
por momentos de dudas y retrocesos. La clave está en ser paciente y no
desistir.
2. Aprende a amarte. El
amor, en el sentido más amplio del término, hace maravillas. Cuando te
aceptas por lo que eres y te amas por ello, la vida puede dar un vuelco
radical porque aumentará automáticamente la confianza en tus capacidades
y te sentirás con fuerza para enfrentar nuevos retos. Para aprender a
amarte es importante que no te compares, que comprendas que cada persona
es única y que precisamente en esas diferencias radica la grandiosidad
de cada cual.
3. No dejes que te etiqueten. Las
personas tienen la tendencia a etiquetar a los demás y a menudo te
dejan entrever sus opiniones negativas y limitantes. No dejes que los
otros te digan que no puedes hacerlo y que te detengan una vez que has
tomado una decisión. Recuerda que no hay nada peor que llegar al final
del camino y preguntarse qué habría pasado si te hubieras atrevido.
4. Piensa en presente.
Para creer en uno mismo es importante aprender a pensar en el aquí y
ahora. No dejes que tu pasado y los fracasos anteriores te limiten. Así
como no debes dejar que el miedo al futuro te inmovilice. Piensa que
ahora mismo estás construyendo tu vida. Que no hayas logrado algo no
significa que no lo lograrás, si te esfuerzas.
5. Ve paso a paso.
A menudo, pensar en grandes objetivos y en todo el camino que se
perfile por delante, asusta. Para comenzar a creer en ti mismo, debes ir
poco a poco, de manera que cada paso te acerque a tu meta pero sin dar
saltos que te puedan agobiar demasiado. Plantéate metas realistas y
cuando las hayas logrado, felicítate por ello.
Tres creencias que hicieron un millón. +Bono
Cuando comencé en el camino a volverme un
emprendedor a la edad de 24 años, sabía desde el inicio que no es lo
que tenemos lo que nos hace exitosos, sino cómo lo utilizamos. El hecho
es que todos conocemos a alguien con la mejor educación o apoyo
financiero que no se encuentran viviendo al tope de su potencial
financiero o incluso se encuentran luchando por salir adelante. Aun así,
podemos encontrar casos donde a pesar de los obstáculos y limitaciones,
las personas encuentran un camino para superarse.
¿Por qué
pasa esto? Lo he estudiado por casi dos décadas mientras construía mis
empresas – desde cero. Sabía desde una temprana edad que tenía una
oportunidad de ser exitoso a pesar de la falta de educación, de dinero o
de experiencia, ya que había visto los resultados en otras personas.
Así que estudie comportamiento humano y psicología de las necesidades
humanas, tratando de descubrir cuáles son algunas de las creencias
fundamentales de aquellas personas exitosas, a pesar de todos los retos.
Estas 3
creencias clave están basadas en aquellas creencias que he estudiado de
otros líderes que me ayudaron a llevar a mi primer empresa a vender 1.3
millones de dólares en siete cortos años. El día de hoy, sigo utilizando
estas creencias, no sólo en mis negocios, sino ayudando a otras
personas a construir sus negocios o carreras. A continuación encontrará
esas 3 creencias claves que hicieron un millón, además de un bono para
ayudarle a poner manos a la obra.
Creencia Kikuchi #1
Mientras más difícil es el obstáculo, mayor es la recompensa.
Mientras más difícil es el obstáculo, mayor es la recompensa.
Sí, suena bastante simple, pero no puedo
decirles cuántas personas que he conocido tienen un baúl lleno de
excusas y razones por las que no pudieron o simplemente no erigieron sus
sueños y sus metas. No se puede desarrollar un músculo sin algún tipo
de resistencia, y no se puede traer vida a este mundo sin un esfuerzo
extremo y doloroso.
Alguna
vez se han preguntado, ¿por qué las personas a las que aparentemente se
les ha dado todo, terminan atrapados en adicciones, escapando con
distracciones materiales y/o deprimidas y perdidas? Cuando conquistamos
algo más grande que nosotros mismos, cuando ponemos nuestro corazón,
alma y pasión en algo, además de sentir que lo hemos ganado, sentimos
que realmente lo merecemos.
Así es
como, desde mi experiencia personal, puedo decir que mientras mayor es
el desafío, mayor es la recompensa. Además, siempre que me mantenga
alineado con mis valores y mi misión, lograré encontrar la manera. Estoy
convencido de que podemos lograr casi cualquier cosa que nos
propongamos si nos comprometemos; no es más que una cuestión de tiempo y
concentración, y el asunto nunca es a quién se conoce, sino a quién se
busca en el camino.
Creencia Kikuchi #2
No importa cambiar. Resolver grandes problemas lo es todo.
No importa cambiar. Resolver grandes problemas lo es todo.
La segunda creencia fundamental en la
construcción de lo propio, o para asesorar y formar a otros, es
esforzarse continuamente y resolver problemas mayores a los que
resuelven los demás en el mismo mercado. Independientemente del tamaño,
la trayectoria y nivel financiero de la empresa, se puede duplicar o
triplicar los resultados en pocos años si se atiende a este factor
clave. Si yo pude duplicar mis ventas año tras año sin título
universitario ni experiencia previa es porque casi todos pueden hacerlo
con las creencias adecuadas.
Hace muchos años, cuando fundé mi primera
empresa, un estudio de diseño gráfico, éramos cuatro y trabajábamos en
el sótano de mi casa. Convoqué a una reunión un lunes por la mañana con
los dos diseñadores junior y el representante de ventas, y pedí a este
último que le preguntara a uno de nuestros clientes cuáles eran sus tres
desafíos principales para comercializar sus productos, sin consultarlo
acerca de presupuestos o de posibles trabajos posteriores.
Confieso que fue un paso audaz de mi
parte, porque en ese tiempo no éramos una agencia consolidada. Sin
embargo, yo sabía que, a fin de duplicar una vez más nuestras ventas
anuales, teníamos que ofrecer un servicio más valioso y resolver
problemas más importantes. Una vez obtenida la información, realizamos
una presentación en la empresa y ¿qué sucedió? Al terminar, nos pidieron
que hiciéramos otra presentación para el presidente de la compañía,
quien también era su fundador. ¿Saldo a nuestro favor? Claro que sí.
¿Hicimos mejores preguntas que cualquier otra agencia de Toronto y eso
nos trajo mejores respuestas? Les aseguro que sí.
Creencia Kikuchi #3
Pide y se te concederá. Pero asegúrate de pedir lo correcto.
Pide y se te concederá. Pero asegúrate de pedir lo correcto.
Otro
amigo mío dirige una exitosa empresa de manufacturas en los Estados
Unidos. Hace unos años me preguntó: “Erik, con esta economía y con
tantos que hacen outsourcing a América Latina pienso que mi empresa no
va a durar mucho, ¿debo vender ahora o es mejor que busque algo nuevo
antes de quebrar?”.
Lo
interesante es que en estos momentos a su negocio le va fenomenal, así
que está comprobado que esta es la lección de coaching del millón de
dólares: cuando hay sólo una alternativa, no se tiene capacidad de
elección; creen dos opciones, y tendrán un dilema; añadan una tercera
opción, y entonces comenzarán elegir.
Así que le dije: “¿Por qué no mejor
hacerse una pregunta que presuponga el resultado deseado? Pregúntate,
como tercera opción: ¿cómo puedo transformar mi empresa para satisfacer
no sólo las necesidades del mercado norteamericano, sino también
expandirla de manera rentable a nuevos mercados y establecer un nuevo
estándar en la industria mientras resuelvo un problema más grande que
los que resuelve cualquier otro?”, o por ejemplo: “¿por qué
sencillamente no me expando a Latinoamérica y aporto mi experiencia y
mis estrategias para que allí avance la industria y su gente?”.
Entonces le dije: “Ahora tienes la capacidad de elegir”.
Ya sea
que estén en el inicio de su proyecto de negocio, que sean profesionales
tratando de avanzar en su carrera o que posean una empresa y estén
listos para llevar su rentabilidad a un nivel superior, los invito a
evaluar estos principios, a probarlos y ver cuáles funcionan mejor para
ustedes. Y si tenemos la oportunidad de reunirnos en el futuro, estaré
encantado de saber cómo los aplicaron para llevar la prosperidad también
a sus vidas.
Tres creencias que hicieron millón – BONO
Aunque
he mencionado cientos de veces que construí mis empresas sin contar con
un título universitario, lo que muy pocos saben es que probablemente he
invertido más dinero en mí, es decir conocimiento, que lo que la mayor
parte de la gente gasta en un MBA. La diferencia era que fui capaz de
lograr ese retorno de la inversión más rápido y sin años extra en un
salón de clases e iniciar enseguida a construir mi vida y negocios.
Permítame
explicar esto brevemente. Ya que dejé la universidad muy temprano,
comencé a trabajar durante el día y a estudiar por las noches. Mientras
hacía dinero, invertía en seminarios de fin de semana, talleres y
programas de otros emprendedores y líderes en distintas disciplinas.
Recientemente he invertido cerca de $6,000 USD en un taller de 4 días
para dominar mis habilidades de orador en el escenario, ahora mis
honorarios se han triplicado dándome instantáneamente un retorno del
200% por contrato de conferencia.
Ahora
todos nos encontramos compitiendo en un entorno global. El día de hoy no
competimos con los de nuestra comunidad y ciudad, ahora tenemos la
oportunidad de ganar y construir de manera global. Considere esto, una
persona con un MBA no compite sólo con las personas gradadas de su
generación, están compitiendo por un trabajo con la generación mundial
de graduados de esa disciplina! En dónde habían cientos de personas
aplicando por un puesto de trabajo en una ciudad, ahora miles pueden
aplicar por ese mismo trabajo alrededor del mundo!
Es por
esto que la creencia adicional que comparto con usted es. En este mundo
cambiante y evolutivo, debemos estudiar la mentalidad y las estrategias
de las personas exitosas. Es esto lo que enseño y continúo practicando
en mi vida el día de hoy. Usted no necesita estudiar solamente mis
enseñanzas, sino que necesita estudiar a las personas exitosas en
diversas disciplinas y aprender lo que saben. El mejoramiento constante y
continuo es la clave para su siempre creciente y continuo éxito.
Escrito por,Erik Kikuchi
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